viernes, 18 de mayo de 2012

Amigo wey

Las amistades son como productos de un supermercado. Caducan. Muchas veces no. Y muchas veces si. Es como un ciclo, que empieza, y en algún momento tiene que terminar, simplemente porque es un ciclo. Tiene un principio y un final. Y muchas veces esos ciclos que uno va formando, con el tiempo, se van deformando, por una o por otra razón, las amistades, se van venciendo, pudriendo, y llenando de tierra, tela de arañas, y otras cosas relacionadas con la mugre y eso. Y es como leí una vez en teníaquedecirlo (teniaquedecirlo) . "No hay peor sensación que tu mejor amigo te empiece a caer mal". Y es verdad. Cuando las cosas realmente se están yendo por la borda sin retorno, lo único que nos queda por hacer, es esperar que todo termine, y buscar de alguna manera no ser arrastrados por la avalancha. Cuando se agotan todos los recursos para salvar una relación, queda esperar. Sobre todo cuando la otra parte no aporta. Sin embargo, eso a mi en particular ya no me importa. Por suerte ya me alejé del comienzo de la avalancha. 
Por eso, están los amigos que la vida te regala, sin pedirte nada a cambio, solo que los cuides con tu vida y que hagas lo imposible para mantenerlos del lado bueno. Parece ayer, cuando me sentaban con ese cabezón que se arrancaba el cabello por manía y que un día desapareció por completo de su casa para ir a instalarse a un cyber, a jugar al Mu y al Counter. Hoy, 2012, hacen 6 años de la amistad más linda del mundo. También me acuerdo de esa compañerita que desde 1er grado estuvo en mi curso, y nunca la llegué a registrar, hasta 5to grado, que empezamos a ser amigas de las buenas, y hoy día, somos hermanas como nunca. Y esa colorada que siempre marcó la diferencia por ir contra la corriente y ser más cuerda lo que se podía esperar... Y todos aquellos que no voy a nombrar porque son un montón. Pero ahora nombro a los que siempre estuvieron a pesar de todo. Con esos abrazos por correspondencia, por esos ojos cansados de leer tanta queja, esos oídos con otras voces, y esas cabezas con tantos nudos, sin poder resolver ninguno, pero sin embargo, ellos estaban, estuvieron y van a estar..

Por eso, dejo de preocuparme, por esos amigos que van y vienen, o que saben que estás ahí, pero te bancan cuando creen que es necesario. Vaya uno a saber. Lo único que puedo decir, es que es suficiente con los verdaderos amigos. 

Fin. 

Eliana, quién más?

brdffffffffff, go, and be free. 

jueves, 3 de mayo de 2012

17 años al pedo.

Hoy me desperté, y en lo primero que pensé fue en: la puta madre, dormí como el culo por mis almohadas y mi oso. Buah. Seguí pensando, haciendo como una especie de despeje de ideas, y me dije de pronto: LA PUCHA. Ya tengo 17 años. Y no, hoy no es mi cumpleaños. Cumplí el 20 de Diciembre, como lo vengo haciendo desde hace 17 años y algunos meses. Hoy me puse a pensar en eso y es raro. Raro es acordarte cuando le abriste la cabeza a tu hermano, y tenías 11 años. Raro es acordarte del chico ese que te gustaba cuando tenías 5 años. (Qué épocas Roly!!). Lástima que no sé por donde andará este muchacho para recordar viejas épocas. El tenía 9 años me acuerdo. Era un invierno de la #$%& madre, y yo me puse una maya asquerosa de Tom y Jerry que tenía voladitos, para impresionarlo mientras el jugaba, solo, a la pelota. Bueno, el puterío que se me armó cuando mi vieja me encontró así, sentada en la vereda.. Qué lindos tiempos viejo.. 

Volviendo al tema.. Que rápido pasa el tiempo.. Ayer nací y hoy ya estoy buscando un laburo.. Cosas de la vida.a
Y con esos cambios radicales, que tienen idas y vueltas y la mar en coche, pasan muchísimas cosas. Con 17 años, considero que pasé por cosas que a esta edad no debería haber padecido, pero no me quejo, así es algo sin mucha importancia. De lo que si puedo hablar, es de que gracias a que tuve que crecer de golpe, tengo más arrugas que Mirtha Legrand, y eso si es un bajón. Pienso en lo que voy a comer el día de mañana cuando debería estar preguntándome que diablos pasó en Dulce Amor, o en Graduados, yo que sé. 
El tiempo pasa, y nos vamos haciendo viejos...

No sé que seguir escribiendo. Que los años pasan, y nuestra vida se va con ellos, es algo evidente e imparable.